lunes, 18 de agosto de 2014

dormiste al sol
como si te hubiera transplantado
el cerebro de un perro,

estábamos babeando
luego
dijimos
me muero de sed sí, yo también compremos
el vaso más grande de cerveza que encontremos,
lo tomamos frente a un monumento enrejado,
una pila de cemento y un jinete inaccesibles.
en las paredes decía:
basta de
        gatillo
               fácil,
tras las rejas
LIVERTAD
AMOR Y DIVERSIDAD,
recuerdo que hace algunos años
no dejaba que nadie se apoyara en mi regazo,
me ponía fóbica
cosquilluda.
con vos nunca fue
demasiado amor para mí más bien
dormiste al sol con la mitad del cerebro de un perro,
la otra mitad la tenía yo y todo era baba, humo,
sed,
escribí sobre manchitas de brea, describí los juegos verdes
y naranjas de todas las plazas,
un norte, un oeste, un dos setentitrés
pinos ombú árboles de los que no sé el nombre,
te pregunté ese qué es, vos no supiste
me dijiste
te das cuenta que ese hombre hace seis horas
intenta vender su último queso?
y nos quedamos mirando hasta que el hombre
en su stand amarillento extendió un papel gris sobre la mesa
y envolvió su último queso, se puso una mochila al hombro
y se fue
vos me dijiste
que también te ibas

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